»LIMONOW«


von
Emmanuel Carrère



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Limónov, el fascista libertino e indomable

Romeo LopCam

«Limónov ha sido criminal de poca monta, sastre autodidacta, mendigo al que le gusta ser sodomizado por macarras negros, amante fiel y dedicado tanto de mujeres hermosas como horribles, mayordomo en la mansión de un millonario norteamericano, ídolo del ambiente literario underground en París…»

Los últimos libros de Emmanuel Carrère en modo alguno califican como ficción; sin embargo, Anagrama —editorial que los publica en español— ha decidido incluirlos dentro de la colección «Panorama de narrativas» y no en «Crónicas» o «Biblioteca de la memoria», que podrían parecer más adecuadas para obras en las que se practican tanto la biografía como el periodismo. Aunque por otro lado, A sangre fría de Truman Capote, esa «novela de no-ficción» que tanto impactó en la forma de tejer grandes relatos periodísticos, también ha sido publicada dentro de la misma.

La influencia de ésta última en El adversario, primer trabajo de Carrère dedicado a cultivar esta forma literaria híbrida, es evidente. El libro cuenta la historia verídica de un hombre que se miente a sí mismo y a los suyos para huir de su propia mediocridad, hasta que un trágico día dicha situación se vuelve insostenible y antes que quedar en evidencia prefiere asesinar a toda su familia. El relato es absorbente y las páginas dedicadas a tratar de comprender la lógica enfermiza que opera en la mente del protagonista son de lo mejor que se encuentra actualmente en las librerías.

En cambio, en Limónov —la obra que hoy nos ocupa—, Carrère aborda la biografía de un poeta ruso siempre excesivo e insolente, que bien podría ser el reflejo exitoso del hombre mediocre mencionado aquí arriba. Y no es que Eduard Limónov sea perfecto; por el contrario, es un hombre con tremendos vicios y defectos, pero la pusilanimidad no es uno de ellos. Cada que la vida lo ha puesto al borde del abismo, se ha caído y se ha vuelto a levantar, resurgiendo cada vez más antipático y mezquino, lo cual tiene su mérito.

Nacido el 22 de febrero de 1943 en la ciudad de Dzerzhinsk, a unos 800 kilómetros al este de Moscú, hijo de un oficial de tercera fila del Ejército Rojo, Limónov ha sido criminal de poca monta, sastre autodidacta, mendigo al que le gusta ser sodomizado por macarras negros, amante fiel y dedicado tanto de mujeres hermosas como horribles, mayordomo en la mansión de un millonario norteamericano, ídolo del ambiente literario underground en París, soldado bajo las órdenes del criminal de guerra serbio Radovan Karadžić, líder del Partido Nacional Bolchevique, preso político, enemigo jurado de Vládimir Putin y sobre todo, escritor y poeta inconforme y provocador.

Todo ello, rehuyendo siempre a convertirse en el niño mimado y condescendiente de la disidencia, tanto frente a la antigua burocracia comunista como frente a la actual cleptocracia capitalista. Afecto a abrazar los extremos, el ideario de las organizaciones políticas en las que ha participado es una mezcla de corrientes que se suelen englobar bajo la palabra «totalitarismo». A Limónov, por ejemplo, el viejo Iósif Stalin le parece una figura que se puede reivindicar, pues lo remite a épocas en las que su país sabía ganarse el respeto a través del miedo.

Y sin embargo el balance general que sobre él nos presenta Carrère es el de un personaje libertino e indomable, que no encajaría de ninguna forma en los regímenes despóticos que sus filiaciones políticas parecieran perfilar, salvo que él mismo fuera su indiscutible líder supremo. «Limónov es un fascista raro porque siempre ha estado al lado de los débiles», afirmó el autor en una entrevista, no sin antes mencionar que lo que realmente le encabrona a éste de Vládimir Putin, es que él no tiene y nunca ha tenido su poder.

Repulsivo y fascinante en partes iguales —y si nos dejamos llevar por la primera impresión— lo podemos etiquetar y tirar al cesto de los intelectuales confundidos que han respaldado posiciones aberrantes. Emmanuel Carrère en cambio opta por mostrarnos la complejidad del momento histórico en el que se ha desarrollado su vida, que no es otro que el del auge y caída de una utopía que pretendiendo decretar la aparición de un nuevo tipo de hombre, acabó produciendo individuos tan extraños como él. Es lo que los alemanes llaman el zeitgeist, o espíritu de la época, lo que en este libro se encuentra desarrollado de un modo realmente notable.

Hijo de su tiempo, en otras circunstancias Limónov bien pudo haber sido una suerte de antihéroe libertario, pues a pesar de todo lo dicho no le faltan virtudes como la de ser solidario con los parias e implacable con el poder y sus lacayos. Sin embargo es la desmesura de su ego la que lo lanza a confrontar la hipocresía de lo políticamente correcto, enarbolando banderas impresentables por el puro gusto de joder y provocar a advenedizos y cobardes.


«Yaconic», 5 febrero 2015

Eduard Limonow

Original:

Romeo LopCam

Limónov, el fascista libertino e indomable

// «Yaconic» (.mx),
5 febrero 2015